Las marcas que sobrevivirán al nuevo paradigma - Luis Maram

Las marcas que sobrevivirán al nuevo paradigma



En diez años hemos visto cambios en las empresas que no nos hubiéramos imaginado en aquellos tiempos de Don Draper y sus Mad Men. Las otrora todopoderosas marcas han comenzado a ver que la sociedad está cambiando de forma portentosa. Es un nuevo paradigma.

Los estudios de mercado indican un crecimiento constante del segmento LOHAS (Lifestyles of Health and Sustainability) quienes no se decantan por las marcas sino por las opciones saludables y sostenibles. Mattel y Nestlé, los colosales líderes de sus industrias han tenido que enfrentar a Greenpeace, un «adversario» formidable que no estaba en la mira de su entorno competitivo hace años. Los titanes editoriales de la moda intocable por años, se han visto obligados a cambiar en sus estándares por peticiones de sus lectoras, incluso innocuas adolescentes… allís están Seventeen y Vogue. Las redes sociales han permitido señalar abusos, malos tratos, calidad deficiente, incumplimientos y un sinfín de comportamientos corporativos a los que nos habíamos acostumbrado sin señalarlos. Las regulaciones se han incrementado; productos como el tabaco han perdido su glamour de tajo… y me atrevo a decir que la próxima gran regulación que se avecina casi de inmediato es la del azúcar (las gigantes refresqueras lo saben). En México desaparecen los saleros de los restaurantes. En San Francisco se acaban los juguetes de los menús infantiles. No se trata solo de la sustentabilidad o la salud… es un cambio completo de paradigma.

¿Quiénes saldrán bien librados de esta nueva arena que para muchos resulta incierta? No necesariamente serán los más grandes, sino, como bien diría Darwin, los que se adapten mejor y más rápidamente. [tti link=»Twittea esta frase»]No son los más grandes o fuertes los que sobreviven, sino los que se adaptan[/tti] Para ejemplo, un café.

My Starbucks Idea cumple cinco años.

Starbucks, la cadena de la sirena de doble cola, anunció hace unos días que su iniciativa My Starbucks Idea cumplía cinco años. Un lustro en el cual habían transformado en realidad 275 ideas surgidas del corazón y mente de sus consumidores a través del crowdsourcing.

Mientras algunas empresas están preocupadas porque sus banners sean enormes o sus páginas tengan movimiento y efectos visuales, Starbucks llegó a la web a dar cátedra con un diseño sencillo, sobrio, limpio pero sobre todo funcional ¿Para quién? Para sus grupos de interés; punto.

A través de My Starbucks Idea, la marca se relacionó uno a uno con sus usuarios, generó comunidad entre ellos, desarrolló un sólido sentido de engagement y lo más importante, puso a trabajar un think tank hecho de consumidores que día a día le proporcionan ideas de producto, experiencia y vínculo con la comunidad, abarcando así marketing, performance y responsabilidad corporativa ¿Así o más completo?

Starbucks, simplemente escuchando, ha desarrollado desde cosas pequeñas como las varitas anti-derrames hasta un mejor programa de reciclado… Todo para satisfacer a sus stakeholders. Starbucks ha entendido bien el nuevo paradigma.

El gran problema para muchas compañías es que siguen mirando hacia adentro y pensando que seguirán siendo exitosas por sus productos o su añejo prestigio, cuando en realidad, su destino depende ahora de consumidores conscientes satisfechos que las respeten y las amen… aunque la verdad no todas podrán aceptarlo ni entenderlo. [tti link=»Twittea esta frase»] El destino de las marcas está hoy en manos de consumidores que las admiren y las amen[/tti]

Por algo Starbucks es hoy el número 4 en la lista de las empresas más admiradas del planeta. Es, sin duda, un nuevo paradigma.

Acerca del autor

Luis Maram

MBA, speaker internacional, Master en Inbound Marketing, especializado en Reputación corporativa. Estratega de contenidos; editor en jefe de este sitio enfocado a cómo crear contenidos que tu audiencia quiera ver, vivir y compartir. Consultas o conferencias de marketing.

2 Comentarios

  • Muy buena reflexión. La combinación de una mala política de responsabilidad social corporativa y una deficiente gestión de las redes sociales, puede generar unas crisis difíciles de atajar.

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