La importancia de focalizar el marketing de contenidos. Una lección de Steve Jobs. - Luis Maram

La importancia de focalizar el marketing de contenidos. Una lección de Steve Jobs.

Steve Jobs
Escrito por Luis Maram

Anécdota de Steve Jobs que deja clara la importancia de focalizarse y por qué hacerlo es vital para marketing de contenidos ¡Léela ya!



Estar focalizados es un buen consejo para la vida profesional en general, sin embargo, en el marketing de contenidos, toma una relevancia medular.

Steve Jobs

¿Por qué focalizar el contenido?

Simple, el que quiere ser todo para todos, termina siendo nada para nadie. [tti link=» Twittea esta frase»]El que quiere ser todo para todos, termina siendo nada para nadie.[/tti] Necesitas definir de qué vas a hablar en tu contenido y eso está amarrado a tu Buyer Persona y al objetivo que persigues ¿Eres un cardiólogo y quieres influir en el tema de la prevención? Entonces puedes generar el mejor sitio de contenidos de prevención para enfermedades cardiacas, que puede ir desde un gran blog hasta donde abarque tu imaginación y presupuesto, pero debes focalizar el contenido, respondiendo preguntas, mostrando tendencias, enseñando ejemplos, incluyendo infografías, videos, cartoons o cualquier otro contenido… siempre relacionado con la prevención para enfermedades cardiacas. No puedes hablar de otra cosa; no puedes distraerte. No tomará mucho para que tu audiencia comience a notarte, créeme.

¿Y Steve Jobs?

Ya sé, ya sé… seguro entraste hoy buscando la anécdota de Steve Jobs… y aquí te la dejo y con ello el ejemplo anterior se explica mejor.

George Diamond ahora está retirado, después de una larga y distinguida carrera como cardiólogo en el hospital Cedars-Sinai Medical Center en Los Angeles. Pero en 1977 él estaba empezando su carrera en Cedars, donde se encontraba trabajando en los dispositivos de vanguardia y métodos estadísticos para mejorar el diagnóstico de las enfermedades del corazón (un gran problema que aún hoy está lejos de ser resuelto). Diamond cuenta:

George Diamond, hoy«Compré una de las primeras calculadoras de mano programables, la TI 59. Tenía tarjetas magnéticas que almacenaban 1k de memoria, y yo era capaz de escribir un programa para calcular la probabilidad de deceso de una persona por enfermedad de corazón basándome en los resultados de sus pruebas. Funcionó de maravilla, excepto que inmediatamente agoté el 1k de memoria.

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Por ese tiempo se había lanzado la Apple II, la compré y me pareció una maravilla; escribí allí un programa bastante sofisticado que podía analizar varias pruebas de diagnóstico de enfermedad coronaria. Pensé que era realmente grande y que debía ser comercializado, pero necesitaba ser ampliado con la gente que realmente sabía más de programación que yo. Así que cogí el teléfono y llamé a Apple en Cupertino. Le dije a la secretaria que quería hablar con alguien acerca de una aplicación médica para la computadora Apple II. La secretaria me conectó directamente a Steve Jobs. (Por supuesto, yo no sabía quién era. Ni siquiera reconocí el nombre como una de las personas que habían inventado en realidad la computadora.)

Me escuchó durante un par de minutos en el teléfono. Le dije que me encantaría hablar con él acerca de mi idea. Él accedió a recibirme; me subí en un vuelo y llegué a Cupertino. Cuando entré a su oficina, me recibió con sus jeans, una camiseta negra y sandalias. Su escritorio estaba absolutamente repleto de todo tipo de cosas, incluyendo, por supuesto, un Apple II.

Le describí lo que había estado haciendo, y lo impresionado que estaba con su dispositivo. Otras personas pensaban que era un juguete pero yo vi algo serio en él y pensaba que con el tiempo un equipo como éste estaría en la mesa de todos los médicos en el mundo. Le dije que yo pensaba que mi programa podría ser un medio para ese fin, y me encantaría tener sus pensamientos sobre ello, y si él estaría dispuesto a hacer algo para ayudar a avanzar en esa idea.

Me dijo que estaba muy impresionado con lo que había hecho, y que estaba de acuerdo con el potencial para el futuro, pero agregó «francamente, no estoy interesado en trabajar con usted en esto.» Le pregunté por qué. Él dijo «Tienes que entender. Esto es algo que nadie en el mundo entiende aún. No puedo distraerme. Estoy tratando de hacer el mejor martillo que puedo hacer, el mejor del martillo en el mundo. Puedes usar mi martillo para romper algo, o para construir algo. Realmente no importa lo que hagas con mi martillo. Sólo quiero hacer el mejor martillo posible. Y lo que estás haciendo es un maravilloso ejemplo de construcción, pero para mí sería una distracción».

Así que eso fue más o menos el final de nuestra conversación. No había otro sitio para ir después de eso; le di las gracias por su tiempo y volé de regreso a Los Ángeles.»

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La moraleja

Seguro te ha quedado claro hacia donde va esto; si tu labor, tu contenido, no está focalizado, no podrás llegar NUNCA a hacer el mejor contenido para tu nicho, para el mercado y mcuho menos para el mundo. Foco, foco, foco, es regla en el marketing. Si Jobs no se hubiera focalizado, y no hubiera dejado pasar de lado importantes oportunidades como la que le presentó aquel cardiólogo en Cupertino, probablemente hoy en vez de leer esto en una Mac, una iPad o un iPhone, estarías pensando ¿por qué rayos a nadie se le ha ocurrido un algo que me permita llevar y leer mi contenido en cualquier lado?

Acerca del autor

Luis Maram

MBA, speaker internacional, Master en Inbound Marketing, especializado en Reputación corporativa. Estratega de contenidos; editor en jefe de este sitio enfocado a cómo crear contenidos que tu audiencia quiera ver, vivir y compartir. Consultas o conferencias de marketing.

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