
En tiempos en los que el correo electrónico está lleno de boletines, promociones y alertas que nadie pidió, lograr que un email no termine en la papelera o en la carpeta de “no deseados” parece un arte. Pero no lo es. El email marketing sigue más vivo que nunca, y cuando se hace bien, puede ser una de las herramientas más efectivas y rentables para conectar con clientes reales y generar resultados concretos.
El problema no es el email, es cómo se usa
La mayoría de la gente no odia los correos electrónicos. Lo que odia es recibir mensajes genéricos, sin contexto, fríos o que claramente no fueron pensados para ellos. ¿A quién le gusta sentir que lo están tratando como uno más del montón?
Por eso, las plataformas modernas de email marketing han evolucionado muchísimo. Ya no se trata solo de mandar correos masivos. Ahora, se trata de crear experiencias personalizadas, de llegar con el mensaje justo, a la persona correcta, en el momento indicado.
La clave: conocer (de verdad) a tu audiencia
El primer paso para hacer email marketing que funcione en 2025 es saber a quién le estás hablando. Ya no basta con tener una lista de correos. Necesitas datos: qué le interesa a cada persona, qué productos mira en tu sitio, qué tipo de contenidos consume, si te abrió el último correo, si le dio clic a un botón o no.
Con esa información podés segmentar tu base de datos y generar campañas dirigidas. Por ejemplo: si tienes una tienda de deportes, no es lo mismo escribirle a alguien que compra tenis para correr que a alguien que juega fútbol cinco los fines de semana.
Automatizar no significa perder el toque humano
Hoy en día, las plataformas de email marketing permiten automatizar flujos de comunicación. Esto quiere decir que, según la acción que realice una persona (por ejemplo, registrarse en tu sitio o abandonar un carrito de compras), se le puede enviar un mensaje automático pensado específicamente para ese momento.
Pero ojo: automatizar no significa volverse robótico. Las plataformas como Mailrelay ofrecen editores con IA que te ayudan a mejorar los textos, pero siempre puedes (y debes) revisar y ajustar para que tu marca suene auténtica.
Además, ofrecen funciones como SMTP con estadísticas, soporte técnico de personas reales y una cuenta gratuita que es la más generosa del mercado. Por eso, muchas pymes mexicanas la están eligiendo para empezar sin necesidad de invertir desde el primer día.
¿Y el diseño? Tiene que entrar por los ojos
Un email que se ve mal en el celular es un email que se pierde. Así de simple. Hoy más del 70% de los correos se abren desde el teléfono. Así que asegurarte de que tu diseño sea responsive y que tu contenido se lea claro es clave.
Usa imágenes llamativas, pero que no saturen. Incluye botones con llamadas a la acción concretas, como “Compra ahora”, “Descarga gratis” o “Conoce más”. Y nunca olvides el asunto: es la puerta de entrada. Si no engancha, nadie va a abrir el mensaje.
Medir, probar, ajustar: el ciclo eterno
El email marketing no es mandar y listo. Lo ideal es tener métricas claras: tasa de apertura, clics, rebotes, conversiones. En base a eso podés saber qué está funcionando y qué no.
Probar con A/B testing (por ejemplo, dos asuntos distintos para el mismo contenido) también puede darte información muy valiosa. A veces, un pequeño cambio puede hacer una gran diferencia.
El email sigue siendo rey (si lo tratás como se debe)
Cuando se usa bien, el email marketing sigue siendo una de las herramientas más potentes para las marcas. Es directo, personal, medible y económico. Y con plataformas pensadas para el mercado mexicano, que ofrecen buenos editores, estadísticas claras y soporte real, ya no hay excusas para no hacerlo bien.
Así que la próxima vez que envíes una campaña, pensalo como una conversación. Porque al final del día, del otro lado del correo hay una persona esperando algo que valga la pena leer.
