
La inteligencia artificial no va a salvar tu negocio. Al menos no como crees ni como la estás tratando de implementar; porque con las rutas actuales, el ROI de la IA es solo un espejismo.
Vivimos en la era del “ChatGPTízalo todo”: redactores que no escriben, consultores que no piensan, creativos que no crean. Y el verdadero problema no es la tecnología: es la ilusión de que la IA es una solucióna mágica. Un atajo. Un “milagro SaaS”. Y eso es lo que está arruinando su verdadero potencial.
Según un estudio citado por Invisible, solo el 8% de las compañías consideran que sus implementaciones de IA han sido extremadamente exitosas.
¡Solo 8% han obtenido ROI de la IA! ¿Por qué pasa esto?
Porque la mayoría están tratando de implementar la inteligencia artificial encima de sistemas rotos… esperando que eso lo cambie todo y les entregue resultados brillantes. Como pintar un auto viejo… puede lucir nuevo, pero aún tiene ese inservible motor.
Esa es la idea detrás del paper How to implement AI that actually delivers ROI.
La trampa del botón mágico
Los CEOs —presionados por el FOMO y el FOBO tecnológico, así como por las exigencias de sus juntas directivas— están implementando IA sin saber realmente qué están haciendo en el fondo. Las expectativas de estos CEOs son absurdas:
…hazlo rápido, sin equipo adicional, sin infraestructura de datos, sin procesos definidos.
¿El resultado? Herramientas brillantes en manos de empleados confundidos, procesos fragmentados y una curva de adopción tan empinada como un muro de concreto.
Y entonces llegamos a la paradoja: lo que se intenta usar como catalizador, está siendo implementado como cosmético.
Implementar IA no es integrar una app. Es rehacer el negocio.
La propuesta central es clara, según el paper de Invisible:
La IA que genera ROI no es la que se impone, sino la que se diseña en función de procesos humanos.
Esto implica:
- Eliminar la acumulación de datos disconexos y construir un sistema unificado.
- Orquestar procesos desde una plataforma central, no a través de herramientas aisladas.
- Integrar agentes adaptativos, no solo prompts y respuestas.
¿Y sabes qué implica eso en la vida real? Tiempo. Talento. Esfuerzo. Coordinación entre áreas. Liderazgo real. Justo lo que muchos CEOs no pueden entender y por ende, justo lo que las empresas no pueden enfrentar… y es la única vía de obtener ROI de la IA.
La contradicción de la IA en las empresas
Mientras los directores de innovación presumen su «estrategia de IA», los colaboradores viven otra realidad: herramientas que no se entienden, procesos que no fluyen, decisiones automatizadas sin criterio humano. Y lo más grave: el ROI de la IA simplemente no llega.
Automatizar una ineficiencia no es optimizar: es amplificar el error.
Y sin una estrategia clara, con objetivos, casos de uso, datos depurados y criterios humanos, la IA no hace magia. Solo genera más frustración.
El efecto placebo corporativo de la IA
Uno de los efectos más peligrosos del mal uso de la IA es el placebo organizacional. La mera presencia de una herramienta “inteligente” genera la ilusión de progreso.
- El área de recursos humanos instala una herramienta de IA para filtrar CVs… pero nunca valida si sus filtros realmente entienden los perfiles que busca.
- Marketing genera textos con ChatGPT… sin saber si conectan emocionalmente con su audiencia.
- Finanzas automatiza reportes… que nadie interpreta.
En cada caso, la acción técnica reemplaza a la acción estratégica. Es como si la organización dijera “ya estamos haciendo algo”, cuando en realidad solo se está moviendo en círculos, pero con dashboards más «inteligentes» y bonitos.
Este placebo es peligroso porque desactiva el sentido crítico. La innovación real exige incomodidad, revisión, ensayo y error. El placebo, en cambio, genera complacencia.
Y una empresa complaciente frente a la IA es una empresa condenada a ser irrelevante.
¿Por dónde empezar a implementar IA?
Implementar IA con retorno real implica repensar desde el problema, no desde la herramienta.
Invisible habla de “romper el trabajo en unidades atómicas”, de reconstruir procesos completos con IA y humanos. Eso no es mejorar eficiencia: es replantear modelos operativos. Pocas marcas están dispuestas a hacerlo.
ROI de la IA: guía de 5 pasos para comenzar
Aquí una ruta mínima viable:
- Identifica procesos repetitivos que hoy desperdician talento humano.
- Depura toda tu infraestructura de datos y fusiónala en una sola a la que se denomina la fuente única de verdad. Si tu IA no tiene una “fuente”, solo generará basura elegante.
- Conforma equipos mixtos: estrategas, operativos, científicos de datos. Nadie puede hacerlo solo.
- Mide la adopción, no solo el rendimiento técnico. ¿La gente confía en el sistema? ¿Lo usa? ¿Lo mejora?
- Itera sin piedad. La IA no es un proyecto; es una evolución.
El ROI de la IA no está en la tecnología. Está en el criterio.
La IA no va a salvar tu negocio si no tienes la valentía de rediseñar cómo opera. No basta con instalar widgets o capacitar equipos a medias. No se trata de “tener IA”. Se trata de usar IA con criterio, con dirección, con propósito.
Porque el ROI no está en la tecnología, está en lo que haces antes y después de aplicarla. Hoy, la IA no genera ROI porque se implementa como adorno, no como músculo operativo. Este es el verdadero cambio que urge.
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