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¿Qué puede aprender tu contenido del cine?

Marketing de contenidos es un término muy usado hoy en día, sin embargo, muchos padecen cierta miopía con respecto a él al pensar que se encasilla solo en la web. Para demostrar lo contrario, aquí hemos hablado de casos como LEGO, Red Bull o PETA, cuya estrategia de contenido abarca muchos más canales que el online. Con ese marco, hoy quisiera platicarte un poco del cine y lo mucho que tendrían que aprender los publishers de él.

El cine fue inventado por dos de mis tocayos, Louis Nicolas Lumière y su hermano, Louis Jean Lumière en 1895, año en que se llevó a cabo la primera exhibición pública. Desde entonces hasta hoy, esta industria ha ido creciendo hasta ser un fenómeno multimillonario y glamoroso ¿Por qué? ¿Qué tiene de extraordinario irse a encerrar a un cajón oscuro dos horas para ver pasar 24 diapositivas cada segundo? La respuesta es que es magia pura… y lo más irónico es que esa magia es contenido.

Sí, tal cual lo lees; las películas son consideradas contenido. LEGO la marca de juguetes, las usa como si fueran comerciales de 90 minutos, ya que al salir de las salas todos los niños corren a las tiendas a comprar los personajes y sets armables. LEGO no inició haciendo películas, es una juguetera, pero llegó al cine buscando canales con ROI, y vaya que éste le resultó muy bien.

Pero alejémonos un poco de ese hecho y examinemos al cine como expresión… ¿Qué hace que la gente regrese una y otra vez a las salas? ¿No sería espléndido que eso también pasara con nuestros contenidos? Veamos pues qué características tiene el séptimo arte y por qué ha creado ese engagement durante más de un siglo.

El cine es un storyteller

A diferencia de muchas marcas que buscan hacer contenido brandeado en vez de marketiing de contenidos (hablar de ellas y sus productos en vez de aquello que le interesa a la gente), el cine ha sido el contador de historias por excelencia. No importa cuántas veces hayamos visto ciertos relatos, siempre continúan fascinándonos; y para muestra está El Padrino, La Guerra de las Galaxias, Casablanca, El Ciudadano Kane, Titanic, Gladiador… No importa cuál sea nuestro gusto, amamos el cine porque nos cuenta historias ¿Podríamos hacer lo mismo con nuestros contenidos para atraer leads? ¿Podemos ser storytellers? ¿O seguimos pensando, como en el siglo pasado, que vendrán porque nuestro producto es de primera calidad y porque somos una marca reconocida?

El cine emociona

Y si el cine cuenta historias, por supuesto que también emociona, no podría ser de otra manera ¿Cuántas veces has salido de una sala con el alma rebosante, radiante, por una anécdota espléndida sobre la vida y su sentido? No importa si fue Cinema Paradiso, Jerry Maguire o En Busca de la Felicidad; y en el opuesto ¿cuántas otras has salido deprimido y sin esperanzas de nada? Quizás porque viste la Lista de Schindler o Sin lugar para los débiles. Otras veces seguro es que sales aterrorizado y no quieres apagar la luz de tu casa esa noche, o quizás al día siguiente corres a hacerte un examen médico porque te tocó ver alguna historia sobre una enfermedad terminal… No importa; lo relevante es que el cine tiene la capacidad de no dejarte inmóvil. El cine despierta emociones ¿Puede tu contenido hacer lo mismo? ¿Puedes emocionar como marca? ¿O tu tasa de abandono es alta y con pocos segundos de permanencia porque al internauta le parece aburrida y sin importancia?

El cine piensa en ganancias

¡Oh sí! El cine es un negocio y su objetivo, si bien es entretener, siempre va amarrado al retorno de inversión. Pregúntale a los directores de Avatar, Titanic, Los Vengadores, Harry Potter y Frozen (las 5 películas más taquilleras de la historia) si solo pretendían contar un buen relato o sabían que en ello iba amarrada la rentabilidad. Dejemos de hacer contenido sin metas y sin fijar conversiones y KPIs. Contenido sin objetivos ni medición es solo literatura.

Y una vez que hemos enunciado estas tres características básicas del cine y deseables en tu contenido, te dejo con uno de los textos más maravillosos que he visto en la pantalla grande. Se trata de la misión ficticia de la revista LIFE en la reciente cinta de La Vida secreta de Walter Mitty:

Ver la vida; el mundo; ser un testigo de los grandes acontecimientos; ver las caras de los pobres y los gestos de los soberbios; ver cosas extrañas —máquinas, ejércitos, multitudes, sombras en la selva y en la luna; ver el trabajo del hombre— sus pinturas, torres y descubrimientos; ver cosas a miles de kilómetros de distancia, ocultas detrás de las paredes y dentro de las habitaciones, las cosas peligrosas que puedan venir; las mujeres que los hombres aman y muchos niños; ver y disfrutar hacerlo; ver y ser sorprendido; ver y ser instruido. Ver, y ser visto, ésa es la voluntad y la esperanza de la humanidad.

Ver, y enseñar, es la misión de un nuevo tipo de publicación, mostrar el espectáculo del mundo.

¿Puede tu contenido hacer eso?

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